Los dúplex pueden ser sitios espectaculares y los dobles espacios o las diferencias entre distintos niveles pueden dar mucho juego a un interiorista. En este proyecto de 59m2 con una planta diáfana, abierta, con altos techos y vigas vistas encontraremos este caso. Un dormitorio en un altillo y una singular escalera de caracol distribuyen el espacio.
La luz natural entra por las diversas aperturas del piso, tanto frontales como cenitales y esta rebota en cada uno de los rincones, pintados en un pulcro blanco que contrasta con el parquet oscurecido del suelo. El altillo deja entrever sus intimidades a través de su suelo de cristal.
Se trata de un pequeño apartamento que gracias a los contrastes entre tonos oscuros y tonos claros genera espacios realmente atractivos.
El parquet de roble americano otorga a este hogar un punto cálido y acogedor.
La imponente escalera de caracol, sin barandillas, de acero pintado blanco nos traslada al altillo, donde un gran tragaluz llena de esplendor este rincón. Ni la escalera ni el suelo de cristal, son aptos para los que tengan reparos con las alturas.
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