martes, 20 de septiembre de 2016

Vilablanch > Reforma e interiorismo de un piso en el Gótico. Barcelona

Fuente: Vilablanch
Fotografía: Eugeni Pons

Ubicación

El barrio Gótico es la zona más antigua de la ciudad, con una alta densidad de edificios que suelen solaparse con paredes colindantes. Esto hace que, por lo general, sean poco luminosos. En este caso nos encontramos con una planta muy larga y estrecha y que, sin embargo, recibe mucha luz, ya que tiene tres patios de luces.

El patio 1 da a la calle y crea con el edificio vecino una fachada interior catalogada en forma de L. Los otros dos patios (2 y 3) son interiores y también aportan luz a la vivienda.

La vivienda conservaba algunos elementos de origen: techos, puertas, carpintería y unos vibrantes suelos de mosaico hidráulico en bastante buen estado, pero colocados como si fuesen alfombras rectangulares sin seguir los ángulos de las estancias. Ese desorden visual estaba delimitado por bordes de madera que servían para clavar moquetas en invierno y que actuaban como junta de dilatación del pavimento en verano. Esos suelos, distintos en cada estancia, marcaban fuertemente los espacios, limitando cualquier movimiento para mejorar la distribución.

El encargo

Esta vivienda era una segunda residencia de una familia joven con dos hijos. Necesitaban una habitación principal con baño privado, dos habitaciones separadas para el niño y la niña, y otra habitación para invitados, que compartirían un baño accesible desde el pasillo.

Además, a los clientes les gustaba la idea de actualizar el piso respetando los suelos, así como otros elementos originales que conferían un valor singular a la vivienda. El reto para el estudio vilablanch era desarrollar un proyecto de interiorismo que se adaptase a las necesidades de funcionalidad, distribución y comodidad de la vida actual, recuperando y potenciando los elementos originales.

El proyecto

La configuración original de la vivienda permitía ubicar el dormitorio principal en la zona central y los otros tres dormitorios en la zona de la izquierda. Hacia el lado derecho, un ancho pasillo daba acceso a la cocina cerrada y a un salón comedor con una estancia auxiliar. Se decidió estrechar y acortar el pasillo para dar más espacio al baño y a la cocina.

La cocina actual está ubicada donde estaba la cocina antigua, sólo que ésta era una cocina cerrada. Se demolieron las dos paredes que cerraban la cocina, creando un único espacio abierto que se apropió también del antiguo pasillo que daba acceso al salón. Al demoler las paredes y sacar el falso techo de la zona de la cocina, se descubrió que el comedor y el living tenían dos techos distintos de origen. En la zona de cocina y pasillo se dejó la típica bovedilla vista, y en la zona del salón se conservó el techo existente, más noble, con cornisas y rosetón central. Se colocó una vigueta que soportase el falso techo del salón y dentro de ella se ocultaron las canalizaciones del aire acondicionado, evitando el uso de regatas para instalaciones en las paredes perimetrales de carga.

En la cocina y el baño no existían pavimentos originales de valor, por eso se utilizó un porcelánico de 60 x 60 cm de un cálido color gris, muy neutro y que no compite con los ricos suelos de mosaico existentes en la vivienda. El baño se amplió en dos direcciones. Por un lado, el pasillo se redujo en 30 cm, permitiendo ensanchar el baño y la cocina. El baño también creció en sentido longitudinal, ya que el antiguo lavadero de la cocina se eliminó y este espacio se utilizó para dotar de ducha al baño.

Mobiliario

El proyecto realizado por el estudio vilablanch busca potenciar al máximo el carácter de cada espacio, sin competir con el legado de la vivienda. Por ello, se eligió un mobiliario sereno y ligero que flota en el espacio y se optó por unos tonos y materiales que combinan con los suelos hidráulicos y realzan su belleza.

Para el amueblamiento del piso se escogieron piezas de las mejores firmas de diseño contemporáneo, como las que se detallan a continuación: sofá Turner y composición Pass de Molteni, mesas de centro Bella Coffee Table y Tray Table de Hay, mesa de comedor Madame Lillie y taburete Backenzahn de E15, sillas CH33 de Carl Hansen, cama Fronzoni de Cappellini, armario Gliss Quick de Molteni, estantería Nuvola Rossa de Cassina,

butaca Maggiolina de Zanotta, lámpara Cesta y lámpara TMM de Santa & Cole, lámpara de pie Tolomeo Mega Terra de Artemide y lámpara Parentesi de Flos. Para la cocina se eligió la firma italiana Dada; concretamente, el modelo Hi-Line 6, diseño de Ferrucio Laviani, en un acabado laminado blanco mate. Los electrodomésticos son de la marca Neff.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Proyecto:
Vilablanch

Localización:
Barrio Gótico, Barcelona

Superfície:
143 m2

Fotografía:
Eugeni Pons



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