Esta casa, se sitúa en una propiedad situada justo enfrente de una playa aislada. En un pequeño barrio a las afueras de Melbourne, Australia. El principal objetivo de este proyecto es crear una gran conexión con el mar.
Tanto el exterior como el interior de la casa destacan por encima del resto de viviendas que la rodean. La piedra natural y los terraplenes con vegetación desértica, bastante frecuente en la zona, contrastan con unos interiores de madera oscura.
La planta principal es una planta completamente abierta, sin puertas que dividan los espacios, aunque gracias a que los elementos húmedos del programa, como cocina y baño, están situados en el centro de la planta se consigue distribuir de una forma muy inteligente cada lugar de la casa.
Los grandes ventanales y espacios abiertos en el primer piso, nos dejan contemplar unas espectaculares vistas del mar. Cada sala parece sacada de una revista de interiorismo de alto standing.
En la parte superior, encontramos las zonas más reservadas de esta casa. Una sala de estudio, los dormitorios y los baños. Estos espacios gozan de mucha más privacidad, no son tan abiertas al exterior, aunque a través de sus ventanas podremos observar des de una altura privilegiada la costa.
En la suite hay un baño integrado en la misma habitación. Puede parecer osado, pero gracias a unas grandes puertas batientes de madera maciza, podemos separar ambos espacios, eso sí, la majestuosa bañera quedará expuesta.
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