Arquitectura e interiorismo: Arthur Douillet + Léa Binggeli

A lo largo del río Besos, hay un edificio existente con una fachada singular, testigo de una época que ya no existe. Se propone un proyecto de reforma y ampliación, pues se ve como una oportunidad para potenciar y aprovechar lo existente.
La fachada se vuelve independiente albergando un jardín que sigue la continuación del parque contiguo.
El edificio, antigua fábrica y símbolo del barrio, se convierte en un nuevo objeto luminoso y permeable a la ciudad. La estructura existente se mantiene. Lo viejo y lo nuevo dialogan sin entrar en conflicto. Se ve reflejado en la fachada norte, donde se crea un nuevo ritmo dentro de la retícula de hormigón. Las chapas del viejo tejado se convierten en revestimiento.
Las terrazas escalonadas de la parte superior se cubren con una nueva cubierta, ligera y transparente que define la nueva identidad del edificio. Se convierten en un lugar de encuentro que ofrece vistas interesantes hacia el barrio. La nueva cubierta se inspira en la forma de la antigua fachada creando una confusión entre sección y planta.