Disponible en La Capell
Viaplana y Piñón ha sido, sin duda, uno de los estudios de arquitectura catalana más influyentes de los últimos años. No sólo por ser precursores de un lenguaje que más adelante desarrolló Enric Miralles (colaborador durante años del estudio) y que más adelante se extendió en muchos otros estudios, sino por haber creado y desarrollado una manera de entender la arquitectura que influenció a muchos de los estudios catalanes de aquella época. Una arquitectura basada en las ideas e instinto plástico, extremadamente abstracta, con un estilo de dibujo de línea muy simple un poco hermético de acorde a la arquitectura que proponía.
Este libro no es una monografía de arquitectura habitual, y quien quiera profundizar sobre su obra deberá recurrir a otras publicaciones (pocas) como el monográfico que El Croquis (numero 28) les dedicó en su momento. Se trata de un ensayo crítico que analiza a esta extraña pareja de arquitectos, a estudiar que motivos subyacen en una arquitectura tan personal y a hacerlo desde el momento actual, sin evitar tratar de entender las razones por las cuales esa obra ha alcanzado el olvido tan pronto y porque algunas de sus obras se ven degradadas en tan poco tiempo, especialmente en espacios público que tuvieron una gran influencia en su tiempo como la Plaza dels Paisos Catalans, o la de Granollers.
El libro (quizás mejor seria llamarlo folleto o cuaderno, por su tamaño) no contiene planos ni fotografías descriptivas, sino que en su austero blanco y negro ilustra el texto con fotografías actuales del propio autor, David Bestué, un artista plástico (no arquitecto) que ha publicado anteriormente ya algún interesante libro sobre arquitectura (Enric Miralles a izquierda y derecha (también sin gafas) (Tenov, Barcelona, 2010).
Nos parece particularmente interesante como describe a los dos socios, de diferente edad (fueron compañeros de estudios pero Viaplana estudió la carrera siendo ya arquitecto técnico y trabajando en el estudio de Antonio de Moragas) y con diferentes ambiciones profesionales. Viaplana era un arquitecto instintivo y sugerente, con una poética muy personal y voluntariamente hermético en el redactado de las memorias y Piñón ejercía de contrapunto en el estudio, tratando de encajar su trabajo en un contexto histórico e intelectual mucho más racional. Los dos ejercían como catedráticos de la asignatura de Proyectos en cursos consecutivos de la ETSAB y no podían ser cursos más distintos. Cuando se separaron, Helio Piñón decidió renunciar explícitamente a su autoría en todas las obras que habían firmado conjuntamente, que dijo no sentía suya.
El libro está publicado en el catálogo de Puente Editores, una editorial joven que ha publicado probablemente los mejores libros de crítica y teoría arquitectónica en español de los últimos años, con un diseño gráfico y cuidado en la edición poco habituales en nuestro país.
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