Fuente: Ordine degli architetti Milano
Fotografía actual: Marta Cassany
Aislado en un contexto urbano de la periferia, rodeado de villas con jardín, el edificio ha de recalificar con su presencia un área urbana sin carácter.
El resultado es una pieza abstracta, que nace de la posibilidad de lectura tridimensional que el volumen ofrece, con una piel lisa sobre la que se coloca una composición de ventanas de componente horizontal que deslizan y se doblan a las esquinas hacen que el volumen no sea tan estático y encuadra las fachadas en un volumen singular aislado.
De nuevo se trabaja con la cerámica esmaltada brillante, y las ventanas de aluminio colocadas enrasadas por la cara exterior, alternados con paneles opacos que esconden las protecciones solares y ayudan a construir ventanales con mas longitud. La silueta del edificio, aparentemente gestual, es la consecuencia directa del máximo aprovechamiento permitido por la normativa, que permite ocupar dos terceras partes del solar, dejando el resto como jardín y fachadas diferentes según se encuentren en la plaza o por detrás.
El resultado es un volumen singular macizo, de nuevo concebido como y una superposición del sol y la hora del día.
En una de las caras hay una incisión para situar la cabina del ascensor a la vista, hecho que introduce un trazo inesperado en la composición de la exhibicion tecnológica, recorriendo en otros proyectos de Caccia Dominioni. En este caso el ascensor acaba su recorriendo internándose en una gran “bow window” de dos plantas que construye un volumen que equilibra la asimetría del perfil del edificio e introduce una interrupción del ritmo del patrón de composición de la fachada, tal y como ya pasaba en el edificio de Via Nievo.
Los proyectos de Dominioni, y en especial esta obra, con la concepción insólita de torre de viviendas con cubierta inclinada, el material brillante de revestimiento o la composición variable de las ventanas en fachada, han influido recientemente a una nueva generación de arquitectos milaneses, entre los que destaca Zino Zucchi que explorará el potencial de esta arquitectura en su proyecto de Portello (2008).
Las plantas permiten un amplio grado de variaciones en la distribución gracias al diseño de una potente estructura que reduce al mínimo el numero de pilares donde se sujeta el edificio.
Hay una gran libertad en la composición de la planta, de movimientos suaves y espacios articulados, con una sucesión de pasillos y distribuidores de calidad.
La variedad de las aberturas en fachada no es una casualidad, sino una consecuencia de la continua variación distributiva de cada una de las plantas.
La forma del volumen prismático con la cubierta inclinada responde a la posición del singular edificio, rodeado de un jardín y son el resultado de una interpretación sabia de las restricciones de normativa impuesta en el lugar. Como en muchos edificios de Dominioni, el volumen está revestido con cerámica vidriada y se caracteriza por las ventanas correderas, alguna de las cuales gira en esquina.
Según Caccia, la planta es el “leit motiv” de toda la composición, todo el resto parte de aquí, incluso las fachadas que han de adaptarse a la planta.
Arquitecto
Luigi Caccia Dominioni
Año de construcción
1956-1959
Ubicación
Piazza Carbonari. Milán
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